Un mal Barça-Valencia, pero...

Menos mal que esa aplicación bastante dubitativa y fallona que es Orange Arena nos ha permitido a los muy enganchados al baloncesto ver a retazos varios de los partidos inaugurales de esta temporada 2013-14, porque quien juzgase este inicio por el encuentro estrella, el Barcelona-Valencia, podría llegar a la conclusión de que el deterioro liguero por mor de las dificultades económicas llegó a su mismísima cúspide. Y no.

Hemos visto partidos dinámicos y competidos, sin duda con jugadores algo menos dotados físicamente que en otros tiempos, pero con la ventaja de que ahora se le dan oportunidades a un Rasmus Larsen –sensacional clase la del chaval danés de 2,12 y 18 años–, un Marcus Eriksson, un Scott Wood, un Dwayne Davis, jugadores con clase pero cuya inexperiencia los habría llevado antaño a actuar cedidos en una división inferior o a estrenarse en Europa dentro de una de las ligas menores. Si hay menos dinero y se sacrifica el plus de experiencia a favor del plus de clase, los espectadores no perderán tanto y el baloncesto tendrá un respiro en España.

En el estreno del Barça contra el enemigo más cualificado de los dos grandes, el Valencia bien reforzado, sendos colapsos defensivos de los de casa en el segundo cuarto y los valencianos en el tercero permitieron a los rivales lucirse alternativamente con parciales de susto. Pero, en conjunto, fue un partido mediocre, en el que la blandura visitante en los rebotes, la total insuficiencia de Oliver Lafayette como base suplente (¿deberá Pau Ribas jugar de uno cuando regrese de su lesión?) y algún empujón arbitral facilitaron la magra victoria azulgrana en un final penoso de ambos equipos. Pero no nos engañemos: los refuerzos del Barça son de categoría, Juan Carlos Navarro da muchas señales de vida, y este equipo progresará. Como el propio Valencia, sin duda. Aunque quizá haya que aplicar el principio de Peter a Pablo Aguilar, un poco corto de nivel en un equipo grande, como en la selección.

Con todo, lo más notable de esta primera jornada habrán sido los aldabonazos visitantes en los partidos de Bilbao y Vitoria: el CAI, aun perdiendo a jugadores notables, es un equipo de verdad, y el rocoso y colectivo Herbalife podría ser el cuarto semifinalista de esta liga. Pero no nos precipitemos, que falta...